lunes, 31 de enero de 2011

• Propiedades de la Miel




Los egipcios ya utilizaban la miel hace más de 4.000 años por sus beneficios para la piel. Lo que nosotros denominamos como apiterapia, ya lo practicaban los incas, los chinos… Hoy en día, los productos derivados de la colmena (propoleo, jalea real, polen…) se han convertido en ingredientes fetiche de las fórmulas cosmetológicas más punteras. Las ventajas de éstos productos son las siguientes: biodisponibilidad absoluta, cumplen los códigos ecológicos actuales y su aspecto nutriente cubre nuestras necesidades en pleno invierno… Evidentemente, sus virtudes varían según la calidad del lugar de producción y los métodos de cosecha, precisa Catherine Flurin, fundadora de la marca Ballot Flurin y portavoz de la apicultura en Francia. Hablamos sobre los irresistibles tratamientos a base de miel.

Entre las numerosas propiedades la miel, los diferentes estudios han destacado su capacidad limpiadora.
Este producto vivo contiene encimas naturales cuya función consiste en eliminar las toxinas la piel, lo que les convierte en ingredientes estrella para desmaquillantes y jabones. Su acción limpiadora es suave como la miel. La miel blanca es la mejor para pieles sensibles y la miel negra para pieles grasas.

El fuerte poder hidratante de la miel procede de un porcentaje destacable de más de un 10 % de agua floral natural. Sus propiedades dependen, evidentemente, del lugar donde se haya cosechado: la miel recogida cerca de los ríos es más activa y, la miel procedente de los Pirineos todavía más.

Las leches corporales y faciales a base de miel protegen la piel de la deshidratación. Por este motivo son muy recomendables en invierno, cuando la calefacción y el viento gélido resecan nuestra epidermis.

La piel se vuelve loca con la miel, ¡y tiene sus motivos! Ésta está compuesta de numerosos minerales, vitaminas hidrosolubles pertenecientes al grupo B, indispensables para la epidermis y de ácido fólico (B9). Gracias a la incesante actividad de las abejas, estos minerales preciosos son biodisponibles (capacidad de absorción de la epidermis).
Por regla general, se pueden hacer excelentes bálsamos, ungüentos o cremas a base de miel, excelentes para la piel.
Otros ingredientes como la cera de abeja, la jalea real y el propoleo son menos conocidos que la miel pero igual de importantes, ya que cumplen el sueño de rejuvenecer y recuperar la luminosidad de la piel.


El propoleo, que se extrae de los huecos de la colmena, es un excelente estimulador de producción de colágeno y elastina, que disminuyen a consecuencia de la contaminación, el tabaco y la edad, evidentemente.

La jalea real es una especie de poción mágica, un concentrado de aminoácidos y agua que estimula el metabolismo celular de la piel, aumenta la inmunidad y, además, aporta frescura. Cualquier sérum antirradicales libres que contenga uno de estos elementos, reavivará seguro las células de la epidermis.
Regálale a tu piel un baño de juventud a la miel, ¡que por una vez la gula no es pecado!
La miel es un remedio eficaz para aliviar los dolores de garganta, los procesos de gripe o anginas. La manera más práctica para contrarrestar estos malestares consiste en preparar un té con dos cucharaditas de miel y 1/4 de jugo de limón exprimido. Si se toman de tres a cuatro tazas por día se puede mejorar notablemente el estado gripal.


Los notables beneficios de la miel pueden explicarse a partir de dos causas: primero, la miel absorbe el agua y segundo posee antibióticos naturales como germicidina y ácido fórmico. Aunque parezca casi ilógico, también cura heridas y quemaduras. La miel aísla la herida del contacto con el aire, disminuyendo el dolor y previniendo la formación de ampollas.


 A medida que pasan los años esta asimilación del calcio va disminuyendo, por lo que debemos buscar remedios que faciliten esta asimilación y es aquí donde entran en juego las propiedades de la miel. Según estudios realizados, se ha demostrado que el consumo de calcio junto con la miel aumenta la absorción del mismo gracias a la vitamina D y los azúcares presentes en las mieles.

La osteoporosis en un problema creciente que afecta a un porcentaje de mujeres cada vez superior debido a la disminución del consumo de calcio y a una vida cada vez más sedentaria, es por ello que el consumo de la miel es fundamental para conseguir que el calcio consumido se fije a los huesos y evite la descalcificación de estos. 

Un buen remedio para los casos de artritis es el consumo de la miel natural, para lo cual se mezcla una taza de agua caliente con dos cucharadas de miel y una cucharadita de canela en polvo. Esta bebida se debe tomar por la mañana y por la noche, siendo una de las mejores mieles para este remedio, la miel de mil flores del Bajo Aragón y si se toma regularmente es eficaz hasta en los casos crónicos.

La miel es recomendable cuando se padecen problemas del riñón debido a que contiene pocas proteínas y esta casi libre de sales. Se recomienda que el consumo de este medicamento natural se haga sobre todo como edulcorante en infusiones, convirtiéndose así en una bebida hipertónica cuya glucosa se absorbe con facilidad alimentando las células de muchos órganos. Además su propiedad higroscópica ayuda en los casos de incontinencia nocturna de los niños.

Los problemas del riñón afecta negativamente a otros órganos como el corazón, el hígado o el sistema endocrino; es aquí donde la miel actúa beneficiosamente, puesto que es un producto que aporta aproximadamente un 40 por ciento de glucosa y esta se absorbe fácilmente alimentando las células de los órganos y regulando el equilibrio de la sangre. Además estas propiedades de la miel se pueden utilizar en casos de cistitis, no solo por su poder depurativo sino también por el poder que tienen las mieles como desinfectante.

La miel se recomienda para tratar el agotamiento físico y psíquico, aunque también para tratar los estados de ansiedad y nerviosismo, esto es porque la glucosa que contiene la miel es un nutriente fundamental para las neuronas; además este alimento proporciona energía a las células musculares, lo cual no solo calma los calambres, sino que también reduce las contracturas y la rigidez de los músculos provocadas por los nervios. Se han practicado estudios en pacientes que sufrían corea y padecían contracciones musculares a los cuales se les administraba miel diariamente; después de tres semanas de tratamiento los pacientes recuperaron el sueño normal y el ánimo, y por otro lado disminuyeron los dolores de cabeza y la irritabilidad.

Las conocidas propiedades somníferas de la miel hacen que ésta sea también recomendable en pacientes con insomnio crónico; así como en personas nerviosas o fatigadas, para las que es recomendable tomar un vaso de agua caliente con miel y limón o naranja para ayudar a recuperar su ritmo normal. La miel de azahar del Bajo Aragón posee unas propiedades especialmente indicadas para combatir el insomnio y facilitar un sueño reparador, para lo cual basta añadir dos cucharadas de miel a cualquier infusión sedante.

La miel posee una elevada concentración de fructosa que es ideal para el estreñimiento ocasional, la fructosa sin digerir nutre además las bacterias que habitan en nuestro intestino y la fermentación que resulta de ello aporta agua al intestino grueso actuando como laxante.

Otras de las propiedades de este alimento son que combate la acidez (cuando se consume templada), resulta beneficiosa en los casos de úlceras ayudando a su cicatrización, combate los dolores gástricos, reduce la formación de gases en el estómago y ayuda a combatir la gastritis. 
Las mieles no solo son útiles en el rostro, también sirven para mantener un pelo sano y limpio, para lo cual añadiremos una cucharada de miel al champú habitual y de esta forma se evita la entrada de gérmenes al cuero cabelludo. Para los cabellos secos, la mezcla de una parte de miel con tres partes de oliva generan una mascarilla hidratante excelente siendo mayor su eficacia cuanto mayor es el tiempo que permanece actuando sobre el cabello.
Las propiedades de la miel más importantes para la cosmética son como nutriente e hidratante de la piel lo cual aplicado en forma de mascarilla aporta suavidad y frescor reduciendo así las arrugas y la sequedad en aquellas pieles que la padezcan. Además su propiedad hidrófila que hace que la miel absorba las secreciones de la piel actuando a su vez como desinfectante.

Las mieles se han utilizado durante siglos en la belleza femenina; siendo utilizada por Popea, la esposa del emperador romano Nerón, para dejar su rostro más terso y joven, y por Ana de Inglaterra para conseguir un cabello brillante gracias a sus propiedades acondicionadoras e hidratantes. Hay muchas recetas que usan la miel como ingrediente principal y dependiendo con que producto se mezcle aumentará su poder para alguna función especifica, siendo recomendada para todos los tipos de piel. Una de las mascarillas más usadas es miel con limón, excelente para limpiar la piel, mientras que la mascarilla de miel  con avena es muy utilizada como exfoliante natural; sin embargo lo más importante es que la mascarilla se aplique con la piel limpia y se mantenga durante 10 o 15 minutos de forma que sus propiedades tengan tiempo de actuar en nuestra piel.


Los deportistas o aquellas personas que realizan una actividad física habitual, deben tener muy en cuenta el consumo regular de miel, ya que 100 gramos aportan unas 300 calorías. Asimismo, la miel no sólo contribuye en la nutrición diaria sino que previene muchas enfermedades así como también adicciones. En EE.UU. se la ha utilizado con mucho éxito en los alcohólicos, pues además de eliminar el alcohol en la sangre actúa como sedante natural. Por su parte, la miel de salvia tiene efectos analgésicos, disminuyendo así los dolores menstruales.


Una de las mascarillas más usadas es miel con limón, excelente para limpiar la piel, mientras que la mascarilla de miel  con avena es muy utilizada como exfoliante natural; sin embargo lo más importante es que la mascarilla se aplique con la piel limpia y se mantenga durante 10 o 15 minutos de forma que sus propiedades tengan tiempo de actuar en nuestra piel.

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